Friday, October 20, 2006

3. Aeropuerto de Madrid.

Aeropuertos, lugares donde cientos de personas se reúnen con la intención de despegar hacia un bello encuentro, una reunión peculiar o simplemente un trámite laboral. Lugares donde sus necesidades buscan satisfacerse: cafeteras en acción, sandwicheras calentando, tiendas de ropa, tabaco y licores y...... decenas de retretes esperando el culo ajeno en plena ebullición.

Sí, porque en los aeropuertos el tiempo se alarga, y las necesidades apremian, pues el viaje puede ser largo e incómodo, y muchos prefieren depositar su carga extra en tierra por lo que pudiera ocurrir. Centrémonos en el Aeropuerto de Madrid Barajas. Cuatro terminales tiene. Si usted está en la Terminal 1 o en la Terminal 2 y le viene un apretón, rece todo lo que sepa: ¡Por Dios que esté limpio, por Dios que esté limpio!

La T-1 y la T-2 son las más antiguas, y quieras que no, se nota. Que sí, que se habrán hecho reformas, pero los baños públicos reciben tantas visitas la día, y confluyen en ellos tantos elementos malolientes, que pasado un tiempo prudencial se convierten en lugares insoportables por necesidad.

Además, por alguna razón, los usuarios de los baños de estas dos terminales son especialmente sucios y porquioseros. Quizás se deba a que en ellos se den los vuelos internacionales, y muchos de los viajeros no vuelvan en años a España, así que deciden dejar un rastro de ellos mismos en nuestra tierra, por aquello de la nostalgia, o por aquello de “si cago aquí, significa que volveré a cagar aquí otra vez”, como pasa con las moneditas en la Fontana de Trevi.

Les doy algunos consejos. Busquen siempre el baño más alejado, por pura lógica, siempre será el menos usado. Si se encuentra en la T-1, no vaya a los baños de la planta base; en el primer piso, subiendo las escaleras que llevan al restaurante, frente a la tienda Delicattessen, hay un baño muy poco usado, algo obsoleto, pero sin duda más higiénico y con un olor aceptable.

Los baños normales de estas dos terminales se merecen UNA ESCOBILLA DE PLATA, y aconsejamos una SENTADA DE BAILARINA con artritis, eso sí.

La Terminal 3 está sin duda mejor. Son baños más modernos, y bueno, dependerá de la suerte para poder cagar a placer o bien sentirse como en medio de una guerra bacteriológica.

Y luego está la Terminal 4, ohhhhhh Terminal 4, de bella arquitectura y retretes de altura. Qué bella estampa estos baños, modernos, tan blancos..... Y qué inteligentes quienes lo diseñaron: estimaron que muy poca gente tira del báter como es debido después de su deposición, de forma que aplicaron un sistema por el cual el retrete se auto tira de la cadena cuando el usuario se aleja del baño. Qué bonito gesto, y qué pena da. La pega: que la distancia entre el posa muslos y el agua del retrete es muy corta, con lo cual existe un grave riesgo de ser salpicado en cada despojamiento de nuestros mojones.

Los baños públicos de la Terminal 4, se merecen hoy en día DOS ESCOBILLAS DE PLATA, y se aconseja una bella SENTADA DE BAILARINA, porque quieras que no, quién sabe quién depositó sus posaderas instantes antes.

En cualquier caso, damos un consejo general tanto para los aeropuertos como para cualquier baño público: si llegan ustedes ansiosos al baño y observan que en esos momentos está la limpiadora haciendo su trabajo y por tanto no puede acceder al baño, ¡no huya! Ni se le ocurra buscar otro, simplemente espere con paciencia, porque una vez que esa señora (o señor) abandone el lugar, ese baño estará sin duda más limpio que nunca, y podrá hacer uso del retrete con total confianza.

Eso sí, algunas limpiadoras usan una lejía o detergente con una peste tal que deberían repartir mascarillas a la entrada. Señoras, se trata de eliminar bacterias, no de acabar con la raza humana. Bueno, sabemos que siguen instrucciones, no es culpa de ellas.

Anécdota en un aeropuerto: En una ocasión, un usuario se encontraba en un baño de la T-1 cuando, de repente, se dio cuenta de que ¡¡el cagador de al lado se encontraba comiendo patatas fritas de bolsa mientras cagaba!! O sea, su cuerpo ingería y extraía sustancias al mismo tiempo...... ¿Puede haber algo más asqueroso en la vida? ¿Tanta hambre tenía el sujeto? ¿Acaso no podía esperarse a finalizar su depósito antes de disfrutar de unas papas fritas? El ser humano puede ser a veces muy, muy triste.

2. Manual Básico de la Guía Scotexs de los Baños Públicos.

No hay guía que se precie que no tenga su propio sistema de valoración o catalogación. ¿Acaso no tiene la guía Michelín sus famosas "estrellas"? ¿O acaso los restaurantes no se catalogan con tenedores y los hoteles con estrellas? Pues nuestra Guía Escotexs hace uso de su "ESCOBILLA DE PLATA" para puntuar los baños públicos en toda su integridad.

Conozcamos, pues, la valoración que otorgamos:

· Escobilla de Mierda ---> Destinada a aquellos servicios públicos asquerosos, repugnantes, más propio de ratas y cucarachas que de personas humanas. Son lugares donde la pulcritud reina por su ausencia, baños donde no se sabe en qué estado saldrá uno de allí, ni siquiera si saldrá vivo. Son servicios que no se entiende cómo las autoridades sanitarias no cierran el local directamente y lo ponen en cuarentena.

· Una Escobilla de Plata ---> Se merecen una escobilla aquellos baños que en su momento quizás fueron baños adecuados, baños que vivieron una mejor época, con retretes completos, papel higiénico a granel y jabón suficiente para bañar a toda la legión pero que, hoy en día, deja mucho que desear. A ver, si hay que entrar, se entra, pero se anda con cuidado, no invita a airear las posaderas sin resquemor.

· Dos Escobillas de Plata ---> Una baño público con dos escobillas de plata es un baño digno, un baño en el que se ha de agradecer haberlo encontrado en medio de un retortijón callejero. Entra uno allí a gusto, y aunque no se esté como en casa, no deja de ser un lugar acogedor, una habitación donde no reina ni los malos olores ni el descontrol. Quizás tenga algún fallo o carencia, pero es un servicio donde puede uno ejecutar la salida intestinal sin prisas ni agravios.

· Tres Escobillas de Plata ---> Son escasísimos los baños públicos merecedores de tal galardón, pero los hay. Lugares de ensueño donde dan ganas de provocarse un apretón con tal de hacer uso de sus magníficas instalaciones. Un baño que nada tiene que envidiar a los que puedan tener en Backinham Palace o en la suit mayor del Hotel Ritz.

Aparte de las Escobillas de Plata, hemos creado un sistema de valoración de los retretes en sí, los báteres, vamos. Y para ello tenemos en cuenta el tipo de sentada que aconsejamos para hacer uso de dicho WC. Atendamos entonces a estos tres tipos de sentadas:

· Sentada de Obispo ---> Es aquella propia de un obispo en su obispario. Se está tan agusto sobre ese retrete que puede uno relajarse y dejarse llevar; adormecer los muslos, estirar las piernas y dejar la mente en blanco mientras el aparato excretor se encarga de lo demás. Eso sí, aconsejamos siempre aplicar aunque sea una ligera capa de papel higiénico entre el báter y los aposentos, pues no es plan de fiarse ni del mejor de los retretes.

· Sentada de bailarina ---> Nos referimos a aquella sentada que hace uno en un báter donde bueno, sí, está bien, pero que Dios sabe cuándo fue la última vez que se limpió, y donde da la impresión de que más de cien posaderas han pasado por él en las últimas 24 horas. Por eso, uno no puede relajarse en él, se tiende a la tirantez, a la escrupulosidad, y sin duda es muy aconsejable aplicar una buena capa de papel antes de sentarse en dicho retrete.

· Sentada de Jockey ---> La sentada de Jockey es la "no sentada". Es decir, para el momento de la expulsión del objeto intestinal, debemos optar por la posición del jockey subido a su caballo en medio del Grand National, o sea: culo al aire, piernas flexionadas y tronco hacia adelante. Apretón fuerte y, por favor, mucho tino por el bien del próximo ocupante del retrete. Este tipo de sentada es, no aconsejada, sino obligatoria, para ese tipo de baños públicos donde aún tienen por báter un agujero.

Y con esto acabamos nuestra catalogación. En breve iniciaremos nuestra guía propiamente dicha.

1. Guía Escotexs de los Baños Públicos: Cagar en la Calle.

Por el mundillo del tango se rumorea que la famosa canción que Sara Montiel popularizó en España tenía originalmente esta letra:

"Cagar es un placeeeeer, geniaaaaal, sensuaaaaal.
Cagando espero, al hombre que yo quiero....."

Pero luego ocurrió lo de siempre: se consideró políticamente incorrecto. Como en esos tiempos fumar estaba mejor considerado, los letristas optaron por cambiar de acción, y en vez de cagar, el placer se convirtió en fumar.

Todo eso me hace pensar en lo mal considerado que está la defecación en nuestros días. Un acto tan cotidiano....y sin embargo tan defenestrado. Es fácil oír algo como "Sí, me lavé los dientes corriendo y luego me vi la peli". Y sin embargo, una frase como "Disfruté con la cagada de esta mañana" tan sólo podría pronunciarse entre amigos de gran confianza o bien en medio de una reunión de cracófagos.

Con esta reflexión, quería invitar a todos los que lean este blog a no escandalizarse por encontrar palabras como "cagar, defecar o mierda". Son palabras normales que evocan un acto cotidiano y habitual. Si cree que le será difícil acostumbrarse, le aconsejamos el siguiente ejercicio:

- Si se encuentra ahora mismo acompañado de alguna otra persona, llámele, mírele a los ojos, y con la máxima tranquilidad dígale: "Todas las mañanas cago tras el café".

Es posible que su acompañante se enoje, o se eche a reír. Es entonces cuando tiene que explicarle que a partir de ahora estas palabras entrarán en su vocabulario común y en sus mejores conversaciones, porque la defecación no es un acto vulgar, sino un acontecimiento que evoca el milagro de la vida.

Con este blog, la Guía Escotexs de los Baños Públicos, lo que se pretende es elaborar poco a poco una guía útil para todos aquellos que se ven en la situación de estar cagándose en plena calle. ¡Cuánto añoramos nuestro báter cuando más lo necesitamos! Pero en mitad de la Gran Vía madrileña tu precioso y pulito báter no está, de forma que es necesario tener en mente un plan B: un báter público que reúna las condicionas mínimas de salubridad, higiene y comodidad.
Por otro lado, la guía irá acompañada de consejos útiles, anécdotas y otra serie de comentarios que hagan más amena su lectura.

¡Bienvenido pues a nuestra Guía Escotexs de los Baños Públicos! Y la próxima vez que le entre un apretón en la calle, ¡acuérdese de nosotros!

Gracias por la atención.