Friday, October 20, 2006

2. Manual Básico de la Guía Scotexs de los Baños Públicos.

No hay guía que se precie que no tenga su propio sistema de valoración o catalogación. ¿Acaso no tiene la guía Michelín sus famosas "estrellas"? ¿O acaso los restaurantes no se catalogan con tenedores y los hoteles con estrellas? Pues nuestra Guía Escotexs hace uso de su "ESCOBILLA DE PLATA" para puntuar los baños públicos en toda su integridad.

Conozcamos, pues, la valoración que otorgamos:

· Escobilla de Mierda ---> Destinada a aquellos servicios públicos asquerosos, repugnantes, más propio de ratas y cucarachas que de personas humanas. Son lugares donde la pulcritud reina por su ausencia, baños donde no se sabe en qué estado saldrá uno de allí, ni siquiera si saldrá vivo. Son servicios que no se entiende cómo las autoridades sanitarias no cierran el local directamente y lo ponen en cuarentena.

· Una Escobilla de Plata ---> Se merecen una escobilla aquellos baños que en su momento quizás fueron baños adecuados, baños que vivieron una mejor época, con retretes completos, papel higiénico a granel y jabón suficiente para bañar a toda la legión pero que, hoy en día, deja mucho que desear. A ver, si hay que entrar, se entra, pero se anda con cuidado, no invita a airear las posaderas sin resquemor.

· Dos Escobillas de Plata ---> Una baño público con dos escobillas de plata es un baño digno, un baño en el que se ha de agradecer haberlo encontrado en medio de un retortijón callejero. Entra uno allí a gusto, y aunque no se esté como en casa, no deja de ser un lugar acogedor, una habitación donde no reina ni los malos olores ni el descontrol. Quizás tenga algún fallo o carencia, pero es un servicio donde puede uno ejecutar la salida intestinal sin prisas ni agravios.

· Tres Escobillas de Plata ---> Son escasísimos los baños públicos merecedores de tal galardón, pero los hay. Lugares de ensueño donde dan ganas de provocarse un apretón con tal de hacer uso de sus magníficas instalaciones. Un baño que nada tiene que envidiar a los que puedan tener en Backinham Palace o en la suit mayor del Hotel Ritz.

Aparte de las Escobillas de Plata, hemos creado un sistema de valoración de los retretes en sí, los báteres, vamos. Y para ello tenemos en cuenta el tipo de sentada que aconsejamos para hacer uso de dicho WC. Atendamos entonces a estos tres tipos de sentadas:

· Sentada de Obispo ---> Es aquella propia de un obispo en su obispario. Se está tan agusto sobre ese retrete que puede uno relajarse y dejarse llevar; adormecer los muslos, estirar las piernas y dejar la mente en blanco mientras el aparato excretor se encarga de lo demás. Eso sí, aconsejamos siempre aplicar aunque sea una ligera capa de papel higiénico entre el báter y los aposentos, pues no es plan de fiarse ni del mejor de los retretes.

· Sentada de bailarina ---> Nos referimos a aquella sentada que hace uno en un báter donde bueno, sí, está bien, pero que Dios sabe cuándo fue la última vez que se limpió, y donde da la impresión de que más de cien posaderas han pasado por él en las últimas 24 horas. Por eso, uno no puede relajarse en él, se tiende a la tirantez, a la escrupulosidad, y sin duda es muy aconsejable aplicar una buena capa de papel antes de sentarse en dicho retrete.

· Sentada de Jockey ---> La sentada de Jockey es la "no sentada". Es decir, para el momento de la expulsión del objeto intestinal, debemos optar por la posición del jockey subido a su caballo en medio del Grand National, o sea: culo al aire, piernas flexionadas y tronco hacia adelante. Apretón fuerte y, por favor, mucho tino por el bien del próximo ocupante del retrete. Este tipo de sentada es, no aconsejada, sino obligatoria, para ese tipo de baños públicos donde aún tienen por báter un agujero.

Y con esto acabamos nuestra catalogación. En breve iniciaremos nuestra guía propiamente dicha.

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